A diferencia de la crónica taurina de Paco March, esta carta pueden continuar leyéndola afines o no a la tauromaquia. Ciertamente, el fin de la fiesta está al caer. Siempre me ha sido difícil asociar fiesta a la vergüenza nacional. La fuerte emoción de matar o morir toca a su fin en Barcelona. La poética imagen de la espuma que choca contra las olas a la que usted hace referencia en realidad es la imagen del frío acero penetrando en carnes de un ser ajeno. Si algo me sabe mal de este fin de fiesta es que se tengan que prohibir por ley las matanzas públicas, mientras los aficionados a visionar la muerte ajena siguen sin ningún interés por modificar su capacidad de ética y compasión por cualquier otra vida ajena a la propia. Hace algo más de un siglo, en Barcelona, las matanzas públicas de personas también fueron prohibidas por ley porque público nunca les faltó. Tal vez deba usted meditar, Sr. March, el porqué del rechazo de su fiesta y de la vergüenza que despierta.
dimecres, 7 d’octubre del 2009
"FIESTA O VERGÜENZA"
Carta al director de Joan Grimal i Molins a La Vanguardia, publicada avui mateix:
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